Asasif, 17 de Octubre 2010
Como cada mañana el mudir Francisco, pasa lista a los obreros y repartimos el trabajo por equipos.
Continuamos trabajando en la escombrera ya que la presión que esta ejerce sobre las bancadas inferiores, hace que trabajar en la parte inferior de la puerta, a 4,20 m, siga siendo peligroso.
Pero hoy el día nos deparaba sorpresas. Nuestro hombre fetiche, Ahmed, nada más comenzar la jornada nos dio la alegría de encontrar un "servidor", de barro cocido, que guardaba algo de policromía azul. La topología de estas figurillas funerarias son muy comunes en época tardía sobre todo en la zona de Deir el Bahari. No lleva ningún tipo de epigrafía ya que el difunto las encargaba a los sacerdotes bajo contrato.
Pero a la sorpresa inicial pronto se le sumaria otra, y otra, y otra así hasta alcanzar la suma de 33 de estos servidores.
Dada la altura y la zona (la escombrera) en la que se ha encontrado, todo apunta a que hemos localizado un pequeño alijo, fruto de alguna rapiña de las tumbas de la zona, y que el ladronzuelo ocultó el objeto del robo en esta terrera para volver más tarde a por ello, pero dado que estaban trabajando en la tumba superior y que este era el sitio donde se depositaba el escombro de la tumba de Djar, el ladronzuelo o no volvió a buscar lo robado o no lo localizó.